El TDAH y la dificultad de encajar en lo social
Amar, trabajar, estudiar… todo pasa también por la vida social. Para muchas personas con TDAH, encajar en los grupos puede ser uno de los mayores retos. La impulsividad, la necesidad de aprobación o la tendencia a complacer hacen que las relaciones sociales se vivan con mucha intensidad y, a veces, con desgaste emocional.
Retos sociales más comunes
Vida social intensa pero inestable: se hacen amigos rápido, pero mantenerlos en el tiempo resulta complicado.
Impulsividad y malentendidos: comentarios o actos hechos sin pensar que hieren o confunden.
Hiperfoco en alguien y luego desaparecer: pasar de estar demasiado presente a desaparecer por completo.
Agotamiento social: tras largos planes, el cansancio emocional puede ser enorme.
Aprobación social constante: decir que sí aunque se quiera decir no, miedo a decepcionar o buscar validación externa.
Complacencia: dejar de lado necesidades propias para priorizar las ajenas, lo que genera desgaste emocional.
Lo que se puede aprender
Comunicación clara: decir abiertamente lo que cuesta y lo que se necesita ayuda a reducir malentendidos.
Límites sanos: aprender a decir “no” sin culpa es un acto de autocuidado.
Relaciones auténticas: dejar de buscar aprobación externa permite relaciones más equilibradas.
Autoconciencia: reconocer los patrones de complacencia o aprobación ayuda a cambiarlos.
Trabajo interior: poner el foco en la autoestima y el amor propio fortalece también los vínculos con los demás.
En definitiva, encajar no significa moldearse para los demás, sino aprender a convivir con lo propio y lo ajeno desde un lugar más auténtico.